NUESTROS A VECES INDESEADOS AÑOS DORADOS.
"Crecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena."
INGMAR BERGMAN.
A pesar de los problemas que vienen con la edad, todos confiamos en vivir lo suficiente para experimentar, pero también deseamos hallar paz y bienestar.
Existen dos atributos vitales para ser felices, tanto en la vejez como en cualquier otra etapa de nuestras vidas.
Un buen sentido del humor y el querer perdonar!
El buen sentido del humor nos dota de perspectivas en momentos de aflicción cuando envejecemos, cuando nos sentimos frustrados ante hechos cotidianos, no hay nada mejor que reír de buena gana.
Siempre habrá razones para todos los días sonreír, una broma, una historia, jocosa y hasta algún incidente propio. Sus circunstancias no parecen ser tan duras cuando dedican tiempo a reír.
Lo mismo pasa con el perdón, surte un efecto similar en la vida ya que nos calma y aligera nuestros pesares. Cuando las ofensas sufridas se acumulan en la vejez, nada nos alivia tanto como el querer perdonar.
Algunos prefieren nutrir sus resentimientos, pero cuán pesada es la carga que llevan sobre sus hombros. El perdón es mucho mejor, como alguien dijo: "quizás no sea fácil perdonar tras años de descontento y viejos rencores en una relación, pero con la practica nos vamos perfeccionando."
Avanzar en años, no quiere decir que hay que seguir aferrados a viejos modelos de interacción humana, sino que podemos verlas como oportunidades de abrir el corazón, de buscar el lado humorístico de la vida y de fortalecer nuestras relaciones con perdón y amor.
¿Cuándo miramos una vida humana, aún la propia, que vemos? Vivir no solo implica avanzar en años, no se supone que sigamos siendo para siempre tal cual somos ahora, nuestro propósito es llegar a SER algo más grande, somos creados para crecer y progresar y por ello tenemos el anhelo innato de esforzarnos por lograr cosas mucho más grandes y mejores, claro que puede llevarnos tiempo alcanzar nuestro máximo potencial. Todos cometemos errores, nos enfrentamos a incertidumbres y ambigüedades, experimentamos temor y también fe, dicha y desconsuelo, certezas y dudas.
Sí, la vida es una larga caminata por un extenso sendero, pero nos ayuda a tener una visión de nuestro destino pensar en el propósito de la vida.
Aprender de la vida de seres humanos ejemplares, leer buenos libros, leer escritos sagrados, obedecer leyes, ser mejores personas, nos ayuda a lo largo de la senda. Sabemos que hay alguien a quien acudir, en quien podemos confiar y que nunca nos abandonara.
Que Dios nos mantenga en ese camino seguro.
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